En los años noventa, el cambio de léxico no fue gratuito, se prefirió el término "trabajo" en lugar del término "empleo". Antes se hablaba de pleno empleo, de subempleo, mientras el uso de la palabra "trabajo" quedaba limitado a la expresión "condiciones de trabajo". El cambio de léxico no fue gratuito, sino que formaba parte de una doble perspectiva; por un lado se pretende subrayar las razones por las que el empleo, entendido como manifestación concreta de la genérica actividad humana denominada "trabajo", resulta esencial y, por el otro, trata de relativizar e incluso criticar las diversas formas que hasta estos momentos ha ido adoptando el trabajo. Esta relativización pretende señalar que, por encima de estas formas y quizá precisamente por encima del empleo, lo realmente importante es preservar el trabajo: actividad fundamental del ser humano.
Dominique Méda (Filósofa y socióloga francesa)