Entre las habituales discusiones
y debates que se producen con la llegada de nuevas elecciones, en las que los
partidos políticos y sus candidatos reclaman el voto, siempre surgen
"visionarios" que nos quieren iluminar con sus propuestas, para reconducir
la creciente decepción de nuevo hacia las urnas. Como en otras ocasiones, la
aparición de hipotéticas "propuestas de cambio", como escaños en
blanco o voto en blanco, ya no engañan ni seducen a nadie. Tampoco los partidos
minoritarios, que se autoproclaman anticapitalistas, apenas han tenido una
relevancia significativa en otras elecciones, quedándose una y otra vez a las
puertas de conseguir algún miserable escaño.
Ante la aparición del llamado
Movimiento 15M como respuesta a la gran corrupción política, los recortes de
libertades y la pérdida de derechos y de servicios públicos universales, así
como de empleo; partidos minoritarios de siempre o de reciente creación, se han
sumado al movimiento con la intención de introducir sus planteamientos. Uno de
ellos ha sido "la reforma de la ley electoral", propuesta que tuvo su
respuesta institucional con una reforma en el sentido contrario, que exigía más
avales, para impedir el acceso a las listas de organizaciones minoritarias, en
la línea de consolidar y reducir el espectro electoral a las familias de los
grupos políticos habituales.
Eso ha hecho que algunos de estos
partidos minoritarios con aspiraciones, hayan visto frustradas sus intenciones
no expresadas y han tenido la necesidad de propiciar un cambio de estrategia
que les ha llevado a manipular la realidad.
El movimiento 15M, a pesar de
esas derivas electorales de los grupos interesados y ávidos por captar nuevos
adeptos, en numerosas ocasiones se ha pronunciado en contra de los políticos,
los banqueros y las multinacionales, haciendo suyo el sentimiento de que ni los
políticos, ni nadie, nos representan, lo que ha provocado cierto pánico frente
a la posibilidad de un incremento considerable de la abstención.
En ese contexto, algunos de los
grupos políticos con aspiraciones que se introdujeron en el 15M, han tenido que
revisar sus estrategias, especialmente aquellos que no han sido reconocidos
como lista electoral, por no conseguir suficientes avales legales. Es ahí
cuando han reaccionado igual que cualquier otro partido político en el poder,
manipulando descaradamente la información.
Alguno de estos grupos que no han
podido montar partido, incluso utiliza el nombre del 15M para confundir y
llamar la atención, y así dar su propuesta como opción alternativa, legítima,
única viable y correcta. Este es el caso de Democracia Real Ya, que se ha
pasado todo este tiempo sacando comunicados en los que, por un lado se desvinculaba
del 15M, y por otro, se adhería y apoyaba a dicho movimiento, con la oculta
idea de formar un partido para promocionarse dentro del 15M. De ahí su enorme
interés en que se debatiera la reforma de la ley electoral.
Al fracasar en su intento de
formar un partido, su estrategia se ha vuelto más retorcida y perversa, y ha
sido secundada por otras organizaciones políticas totalitarias de la llamada
izquierda, llegando a manipular el significado de las opciones de voto o
abstención, y afirmando que la abstención es un error que no nos lleva a
ninguna parte, y que sólo beneficia a los partidos en el poder, planteando como
la única alternativa correcta, el VOTO NULO.
Todos estos partidos, algunos de
los cuales no han conseguido legalizar su candidatura, se quieren apoderar del
"voto nulo" porque no pueden hacerlo con la abstención. Llegan a ser
tan extremadamente falaces, que achacan todos los males electorales a la
abstención y proponen el voto nulo como la única opción coherente y acertada en
este contexto. De haber sido aceptados como partido, seguro que estarían
pidiendo el voto para los partidos minoritarios como el suyo, argumentando que
son la única posibilidad de cambio.
¿Y por qué el voto nulo?, pues de
entrada, porque no han conseguido legalizar su candidatura, pero además, porque
de la misma manera que las opciones que aconsejaban el voto en blanco,
intentaron apropiarse de un voto que en su interesada interpretación nos
pretendían hacer creer que no era de nadie; ahora estos grupos y partidos, hacen
lo propio apelando al voto nulo, contándonos "el cuento de la
lechera". Se creen que sólo es posible conseguir que las personas
abstencionistas voten, si se les ofrece una opción que parezca un "NO
VOTO" o un "VOTO DE PROTESTA" o de "RECHAZO AL
SISTEMA".
De entrada, hay que dejar claro
que no existen votos que rechacen el sistema, pues el único posible rechazo es
la abstención electoral activa y la autoorganización fuera de las
instituciones. Todo voto, sea el que sea, reconoce y legitima a los gestores políticos
y al propio sistema como interlocutores válidos.
En segundo lugar, los votos nulos
cuentan como votos emitidos, y deben de ser repartidos entre todas las
formaciones políticas, y no sólo entre las mayoritarias como sucede con el voto
en blanco. Piensan que si, con sus votantes, no llegan para conseguir un
escaño, el reparto de esos votos le darán acceso a la obtención de un escaño.
Como en "el cuento de la lechera", no explican que a más votantes,
más votos se necesitan para conseguir el escaño, por lo que lo más probable es
que les seguirán faltando votos...
En tercer lugar, la manipulación
que han realizado sobre la información del significado de los votos, no sólo
les pone a la altura de los habituales políticos corruptos, sino que además
dejan de manifiesto que ni estando en el poder son transparentes y sinceros,
sino que necesitan del engaño sistemático y del fraude en la confianza que han
depositado las personas que han creído en ellos, con la finalidad de acercarse
a la sensación del poder.
El voto nulo, es otro engaño más
de la gran farsa electoral capitalista, que pretende entrarnos en las urnas por
la puerta de atrás a todas las decepcionadas de este sistema y a las
abstencionistas, creando falsas esperanzas y expectativas de cambio, para que
todo siga igual; y las migajas del poder, sirvan de festín a todos estos
carroñeros que en ningún momento se plantean la autoorganización popular.
No podemos olvidar que, con el
desmantelamiento de gran parte de los servicios públicos y la venta de sus
infraestructuras; el dinero de los impuestos y los beneficios obtenidos de
saldar los edificios que se habían comprado con el erario público, será una
cantidad importante a repartir entre la codicia de banqueros, políticos,
empresarios y toda su cohorte de familiares y socios. Y que las migajas, no
dejan de ser también un lucrativo negocio, aunque haya que arrastrarse por el
estercolero político.
Así quieren cambiar el mundo, con
el engaño y pretendiendo que nos sintamos culpables por reafirmarnos en la
única opción digna de la abstención; insinuando unas veces, y afirmando otras,
que sólo nosotras somos las culpables de esta situación por no haber votado a
su "opción mágica". Parece que conseguir un escaño, es toda una
"revolución", cuando todas sabemos que ninguna revolución pasa por
las urnas, y que los partidos minoritarios votados, no sólo son inútiles, sino
que justifican con su presencia la farsa democrática de los mayoritarios.
Nadie nos representa, ni los
queremos, ni los necesitamos.
Váyanse a la mierda con sus
engaños y sus escaños
La única opción digna, es la
abstención