Politiqueo y Sociedad
¡Estamos hartos de oir hablar de política!
El infierno ha comenzado, la devastadora presión electoral sobre el individuo empieza a hacer efecto. Nadie recuerda ya las corruptelas y trapos sucios de los partidos políticos: el lavado de cara ha surtido efecto. Ni el mejor detergente lo hubiera hecho posible sin las lavadoras 'Mass Media'.
Las gentes reniegan, critican y adjetivan sin pudor... pero siguen votando. Es el bonito juego de la democracia parlamentaria, de ediciones estado de derecho. Todo es legal, todo es válido. Ante un escándalo, dimisión y nada ha pasado. A veces, ni eso...
Probablemente, con las mismas ofertas a ambos lados, las elecciones las volverán a ganar los anuncios.
Politiqueo y política
¿Te gusta este juego de élites políticas en el que participas de forma pasiva?
Echa un vistazo a tu participación. Tu opción es presentarte a la elección para legitimar su ley, elegir a las candidaturas propuestas como si estas pudiesen representarnos de forma homogénea, a aguantar la presión y manipulación de las multimillonarias campañas de publicidad y marketing electoral, y finalmente, a votar cada 4 años para dejar a los partidos politicos decidir en el día a día. Es el arte de gobernar al margen de la opinión de la gente, y en la mayoría de los casos, en contra del sentir general de la población.
Votar no es para nosotros un derecho. Votar es un deber de la ciudadanía: Nos obligan a votar a cambio de renunciar al derecho de opinar. Así, mediante las elecciones, la mayoría-pueblo delega el derecho de opinar-decidir ante una minoría-gobierno, que se sustenta por ser electos del pueblo. La legitimidad la da el voto. En base a esta representación, no se dudará en decidir lo que más beneficio aporte, y no precisamente, al bien común.
¿Tiene que existir alguien que decide, ordena y manda sobre los demás? ¿Que acumula poder y por tanto, oprime? ¿Se puede legitimar esta corrupción? No
Alternativa al politiqueo
¡El poder corrompe!
Toda etapa histórica reproduce sistemas de contestación ante las injusticias. Ante la política partidista y corporativa de los electos, el desencanto generalizado de la población y el conformismo social hay que reflexionar y plantearnos seriamente, si descartamos el juego de las élites políticas y definitivamente nos organizamos en nuestros espacios.
Ahora más que nunca los partidos políticos merecen una respuesta contundente de nuestra parte, boicoteando su tinglado electoral. Para ello, andaremos dos caminos. El primero, el de la abstención, tachado de pasivo para ocultar su dimensión crítica y consciente. Y el segundo, el de la insumisión a las mesas electorales, disuadida por el estado bajo la espada de la ley.
Que la ABSTENCIÓN CONSCIENTE sea la única ganadora en estas próximas elecciones. Existen fórmulas de participación política más ricas y activas que el voto: La opinión pública mediante la denuncia y el acceso a la información, la acción organizada de masas con movilizaciones ciudadanas (manifestaciones, concentraciones, happening, performances), las organizaciones sociales, culturales, las asociaciones ciudadanas (vecinos, AMPAS, etc.).
Esta 'democracia' es pues manifiestamente mejorable. Queremos ser los protagonistas de nuestras vidas, sin permitir que nadie utilice nuestra responsabilidad y nuestra representación. Organicemos nuestra convivencia en base a la solidaridad y el apoyo mutuo. Estamos por una sociedad libre de parásitos, especuladores y burócratas. Estamos por la autogestión de nuestras vidas.
Que la INSUMISIÓN ELECTORAL vaya abriéndose camino de forma progresiva y contundente. Si te llaman para acudir a las mesas electorales no vayas. No sustentes esta farsa con tu presencia. Sólo así les daremos a entender que estamos hartos de oir hablar de política. De la política ejecutiva de partido y voto.