El mundo inmobiliario quiere dejar de construir como hasta ahora. “La promoción residencial es uno de los pocos sectores que no se han transformado hasta ahora. El proceso no ha cambiado desde el neolítico. No tiene sentido seguir construyendo de una forma artesanal. Ese es el reto”, asegura David Martínez, consejero delegado de Aedas Homes. El objetivo es robotizar la forma de levantar los edificios. Un objetivo lejano todavía.
Así lo reflejaron ayer distintos directivos del sector en el encuentro Innovation @real estate organizado por la consultora EY. Diversas empresas han comenzado ya a producir módulos en fábricas, por ejemplo de cuarto de baños o cocinas, para viviendas, que posteriormente son instalados en las casas. Ahí entra la posibilidad de la robotización del trabajo de los operarios.
El consejero de Aedas explica que en la construcción cada vez hay mano de obra peor cualificada y que con la automatización de procesos habrá oficios que desaparezcan. “La idea es transformar un proceso secuencial, que acumula retrasos, en otros simultáneos, que se realicen en fábricas”, añade. Esta inmobiliaria ya ha comenzado a industrializar una pequeña parte de sus promociones. Esta transformación augurada por Martínez cree que también debe reducir el inestabilidad cíclica del negocio promotor, que conlleva hasta tres años desde que se compra el suelo hasta que se entregan las viviendas. “Si se reducen los plazos a la mitad, el riesgo será menor”, afirma.