Hemos elegido esta frase por la necesidad de dejar patente sensaciones que murmuran en nuestras cabezas, que rondan nuestros pensamientos... la imposibilidad de transformación social a partir del consabido "asalto institucional" para hacer frente y materializar, parafraseando a Durruti en su aniversario de muerte, el mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones y, sobre todo, las ruinas que tendremos que reconstruir tras la debacle de la nueva socialdemocracia.
No obstante, allí seguiremos en pie y con los puños fuertemente apretados.