PP, PSOE e IU protegen a UGT y CC.OO que robaron con las minas y las tarjetas “black”



Consternación ciudadana, asombro e indignación generalizada ha causado en Asturias, a tenor de como vibran las redes sociales con el asunto, la denuncia del sindicalista y minero, Antón Saavedra, que compareció ante sus señorías (diputados autonómicos de PSOE, IU, PP y FAC) para desgranar una vez más lo que lleva denunciando desde 1987: que el líder sindicalista Fernández Villa (UGT), el íntimo amigo de Alfonso Guerra y Rodríguez Zapatero, era un ladrón que se embolsó al menos 1,4 millones de euros de dinero público con Hunosa. En Madrid, la periodista Begoña Ramírez también se hacía eco en Infolibre de las denuncias de “Espía en el Congreso” sobre el sindicalista de CC.OO, Gabriel Moreno, que gastó 20.400 euros con su “tarjeta black”. “Sólo usó su tarjeta para gastos de representación”, justifica ahora el entorno del líder, Fernández Toxo, que lo ha exculpado para que pueda seguir como máximo dirigente de CC.OO en Bankia, a pesar de que había anunciado a los periodistas en octubre y a bombo y platillo su expulsión.



Antón Saavedra: partidos, sindicatos y periodistas del régimen taparon 5 días su explosiva comparecencia

Los diputados asturianos se quedaron estupefactos al oir al sindicalista Antón Saavedra acusarles de complicidad con la corrupción y desgranarles como funciona el engranaje con los fondos públicos españoles y europeos, pero no abrieron la boca: un pacto de Gobierno entre partidos y de subvención del Gobierno de Madrid, que las otorga a través del Ministerio de Industria, sustenta al Principado para que hoy el presidente sea el socialista Javier Fernández, también silente ante las evidencias de las denuncias. El Partido Popular (PP) y la FAC de Alvarez Cascos también callan: sus correligionarios, pasados y presentes, son los presidentes y directivos de las empresas mineras. Pero aunque los medios de comunicación oficiales miran para otro lado, no todos permanecen con la boca tapada.

Descubierto el engaño, tanto Fernández Toxo (CC.OO) como su colega Cándido Méndez (UGT) confían en la desmemoria periodística, pero lo cierto es que Francisco Baquero (266.400), Antonio Rey de Viñas (191.500), Rodolfo Benito (140.600), Juan José Azcona (99.300), Pedro Bedia (78.200) y Gabriel María Moreno (20.400) no fueron los únicos sindicalistas de CC.OO que saquearon Caja Madrid con sus “tarjetas black”.

Los emails de Miguel Blesa revelan como, además de la conocida María Jesús Paredes (pareja de Baquero), otros dirigentes del sindicato daban cobertura y eran invitados a los “Encuentros Financieros” que organizaba el banquero Blesa junto a lo más granado de la “beautiful people” madrileña. Así, junto a la “banda” que dirigían “los 4” (que era como llamaba Blesa a los “capos” en los emails) figuran además Benito Gutiérrez Delgado, secretario de organización y finanzas, y Manuel Rodríguez Aporta, responsable de cooperación internacional. En total, 28 políticos del PP, 15 del PSOE, 4 de IU y 10 sindicalistas, entre ellos otros 4 de UGT: Gonzalo Martín Pascual (129.700), Miguel Ángel Abejón: (109.300), Rafael Eduardo Torres (82.300) y José Ricardo Martínez (44.200). Ninguno ha devuelto el dinero.

Sin embargo, lo que resuena aún en los oídos de los diputados asturianos es la comparecencia del histórico y honrado Antón Saavedra, que hace 5 días, con su típica boina, hizo enmudecer a los parlamentarios y a toda la opinión pública asturiana por sus duras palabras ante la comisión de investigación sobre la corrupción minera: “Comparezco ante ustedes en esta Comisión de Investigación de la Junta General del Principado de Asturias para tratar de determinar el origen de una fortuna millonaria del ex–secretario general del SOMA-UGT y antiguo hombre fuerte del socialismo asturiano, José Ángel Fernández Villa, y para analizar la gestión de los Fondos Mineros”. A juicio de Antón Saavedra, tal y como ocurre en el Congreso de los Diputados, la comisión de investigación del Parlamento asturiano es “algo parecido a un circo –dicho esto con el máximo respeto a la institución– donde ya se crecen hasta los enanos, a juzgar por las primeras comparecencias e incomparecencias que pudimos ver en las primeras sesiones parlamentarias”.

“Señorías, déjense de seguir haciendo el ridículo con ese rimbombante nombre con el que parieron esta Comisión que, desde mi modesto punto de vista, ha nacido muerta: “Comisión Especial no Permanente de Investigación en relación con la gestión en Asturias de los Fondos para Infraestructuras, para Formación y Becas, para Proyectos Empresariales y Ayudas a la Producción, englobados bajo la denominación de Fondos Mineros en los sucesivos Planes de la Minería y bla, bla, bla,“; y vayan al meollo de la cuestión, siempre que este no sea, efectivamente, poner una losa de hormigón sobre la misma, para que el pueblo asturiano, a quien decís representar, siga confuso, sin enterarse de nada, entre otras cuestiones debido a la amnesia generalizada que sufren algunos de los comparecientes”.

“Todo el mundo sabe que las “comisiones” o “mordidas” ilegales ni salen directamente de la Administración ni figuran como tales en la contabilidad oficial de ninguna empresa. O todo el mundo menos ustedes, los  representantes de los partidos PP y PSOE, que han venido rigiendo los destinos del Reino de España y, por lo tanto, protagonizando la corrupción sistémica como una de las principales causas de los problemas de nuestro país, y el principal problema que ha corrompido nuestro Estado pseudodemocrático de Derecho desde la Segunda Restauración de la Monarquía Borbónica Franquista, llamada irónicamente “modélica transición”, indicó.

Y explicó como se produce la corrupción: “Las “comisiones” o “mordidas”, señorías, las paga la empresa adjudicataria de una obra a un tercero, simulando la contraprestación de un servicio ficticio, y este tercero las hace llegar total o parcialmente al partido o sindicato, como es el caso concreto que nos ocupa, o tal vez, sin necesidad de intermediarios, se transforman en donaciones a la formación política o a su fundación; pero en todo caso es un acuerdo entre particulares y eso es lo que hace tan difícil seguir su rastro. El origen del dinero es público, pero el chanchullo se orquesta una vez ha pasado a manos privadas, y siempre que ha habido sospechas fundadas de pago de “comisiones” o de financiación ilegal de un partido es porque alguien que había estado muy involucrado en el tramo privado de la operación decidió denunciarlo a la justicia, aunque en el mejor de los casos no les hicieron ni caso y en el peor acabaron tratados de delincuentes, mientras los verdaderos corruptos mantenían inmaculado su honorable estatus”.