El año en el que el futuro se acabó (Franco Berardi (Bifo))




“¡Ya es hora, ya es hora, trabaja solo una hora!”  "¡Trabajo cero, salario íntegro: toda la producción a la automatización!” Éstos eran los eslóganes que lanzaban a mediados de los setenta los jóvenes obreros autónomos en las fábricas más «extremistas» como Carrozzerie de la Fiat de Mirafiori, el Petrolchimico de Porto Marghera o la Siemens de Milán. Se trataba de eslóganes toscos, elementales. Pero tras ellos se ocultaba un cambio cultural y también una reflexión política nada superficial. El significado de aquellos eslóganes, de aquella desafección, era de hecho el fin de la ética del trabajo y el correspondiente fin de la necesidad social del trabajo industrial. Eran los años en los que la tecnología empezaba a hacer posible una progresiva sustitución del trabajo obrero... LEER ON LINE