Arbeit macht frei: “El trabajo os hará libres”, frontispicio del más horrible de los círculos del infierno europeo: Auschwitz/Oświęcim. La frase es una réplica macabra de la sentencia evangélica “la verdad os hará libres”.
El lema se empleó en los campos de concentración durante el Gobierno nazi alemán como irónica y cínica bienvenida a los presos allí emplazados, a través de una inscripción en las puertas de acceso a dichos campos.