Si votas, luego tú verás lo que haces


Qué cantidad de gente se está haciendo estos días masturbaciones mentales increíbles para que la gente vote. Y qué estupideces repiten como discos rayados, sin ponerse a pensar brevemente en lo que están diciendo. Una de ellas ese gargarismo de que si uno no vota «luego no puede quejarse». Un burro rebuznando a la luz de la Luna es más melodioso. Claro, esa tontería la lanzaría en su día un comité estatal de enchufados, que están atrapados en el vórtice de un agujero negro y no pueden salir de ahí. Pero que licenciados sin escrúpulos sean capaces de emitir veredictos infames, no implica que la gente del común se los tenga que creer.

A estas alturas de la vida, absolutamente todos los electores del país saben que los políticos que salgan elegidos para mandar:

a) no llevarán a cabo sus promesas;
b) harán exactamente lo contrario de lo que prometieron;
c) de propina tomarán millones de decisiones infames y perjudiciales para el cuerpo ciudadano;
d) trincarán toda la pasta que les sea posible dentro de la legalidad e ilegalidad vigentes.

 Si tú votas, es un poner, al PP, y el PP gana y luego el PP, en una tormenta de ideas decide invadir, no sé, Marruecos, y se lía la Tercera Guerra Africana con devastadoras consecuencias… ¿Quién puede quejarse? El elector del PP no solo no puede, sino que debería marchar lleno de entusiasmo a las trincheras saharianas junto a la cabra de la Legión. El que votó al PSOE tampoco puede, porque ha votado y ha perdido, y además el Parlamento de manera mayoritaria ha decidido que sí, que esa es la mejor manera de salir de la crisis… Cualquiera sabe. Lo cierto, es que no pueden quejarse, porque los que han votado a esas formaciones políticas, saben que esas cosas pasan, y que son ellos, con sus papeletas electorales, los que les dieron el mandato para hacer lo que les saliera de los cataplines.

Y los que votaron a partidos pequeños que no han salido elegidos o en blanco, tampoco pueden quejarse: eligieron opciones derrotadas de antemano, y sus votos beneficiaron a los grandes partidos al hinchar los porcentajes participativos. Así es. Triste.

En cambio, el que no vota, ese sí que lo ha tenido claro. Sabe que le van a timar en la postura, y da un paso atrás, y le grita al candidato: «anda y que te jodan, cabrón de mierda». Ése, sí que puede quejarse, a pleno pulmón, a todas horas. No ha participado, no ha legitimado, no ha dado un cheque en blanco, luego puede y debe liarla parda.

 Así pues, ¿estoy diciendo que el que vota luego no puede quejarse? No. Que cada cual haga según razone, así que: si votas, antes razona, muchach@. Lo que es de uno es de todos, lo que es de todos es de nadie, lo que es de nadie es de uno.



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