...El confuso discurso radical de la “izquierda” mezcla propuestas revolucionarias, realmente inviables en el modelo político actual. Pero no importa esta forma de engaño, se logran votos. Confundir, a estas alturas de fracasos en la “practica democrática” parlamentaria, el hecho de votar con una acción de rebeldía es además una estupidez impresentable. O arengar “a las masas” con referencias a las reivindicaciones desesperadas y justas de los ciudadanos sin más opciones que perpetuar el actual modelo para cambiar a los” representantes electos”. Ya es de aprovechado y manipulador de los sentimientos del pueblo.
Entendemos que no todos quienes aspiran al poder político sean unos desalmados. Pero si les cuestionamos que esa vía está fracasada. Y se demuestra por días. Por cada guerra para usurpar recursos de otros pueblos. Por cada familia sin futuro. En cada cierre arbitrario de industria. En los campesinos que no tienen trabajo y no pueden acceder a la tierra porque es “propiedad” de otros. En la explotación del hombre por el hombre. En tantas y tanta barbarie como vemos en esta civilización de homicidas.
No son necesarios los políticos ni esta parafernalia de personajes que “se preocupan” de nosotros como si fuésemos niños o estúpidos. La emancipación social es sacudirnos de esta tutela interesada y asfixiante. Pueden funcionar los servicios públicos sin políticos de carrera. Y las industrias sostenibles sin capitalistas que se lleven todos los beneficios. Y dotarnos de formas de convivencia solidarias que sí representen a los ciudadanos. Y organizarnos socialmente desde los centros de trabajo, y los barrios o las ciudades...