Mucha gente ya lo había advertido.
Los avisos estaban ahí, para quien quisiera leerlos o escucharlos…pero no ha servido de nada.
Al final, ha vuelto a suceder otra vez.
Le han vuelto a tomar el pelo a la población española.
De nuevo, han realizado una genial maniobra de manipulación social.
Una manipulación que, sin embargo, ha sido más que evidente desde sus inicios.
En anteriores artículos ya expusimos nuestras sospechas sobre algunos de los nuevos partidos políticos aparecidos en España, especialmente en los casos de Podemos y Ciudadanos.
Nuestras sospechas no se centraban en los partidos políticos en sí, ni en sus líderes, ni en sus presuntas ideologías.
Desde un cierto punto de vista, la aparición de nuevas alternativas políticas debería ser motivo de celebración en cualquier democracia y más cuando se produce una crisis de confianza en los partidos tradicionales.
Su aparición, pues, podría considerarse como algo lógico y previsible.
Lo que ya no ha sido tan lógico y lo que nos llevó a sospechar, es la excepcional exposición mediática a la que estos partidos han sido sometidos y más concretamente, la promoción televisiva de sus respectivos líderes.
Ha sido una maniobra tan obvia, tan descarada, tan burda y tan excesiva, que parece mentira que la población se haya tragado una píldora como ésta...
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